Entrenamiento forzoso [Kuchiyose]

Hoy era uno de esos días, en los que no solo no habían ganas de levantarse sino estas estaban a tal punto que no habían ganas de abrir los ojos, de respirar, de hacer algo en general. Todo sería más fácil si fuera un maldito zombie... Sin embargo las cosas no eran así por lo que no ganaba nada quedándome a quejarme de todo. Hoy tenía un importante entrenamiento programado con uno de los ancianos de la ciudad. Un viejo amigo de mis abuelos y mentor de mi padre luego de mudarse a Sunagakure. De echo fue él quien hablo por mi padre para que le dejaran entrar a la aldea y no creyeran que se trataba de espionaje.

Hoy aprendería una de las habilidades más importantes que podría aprender de todas. La técnica de invocación. Recientemente había comprado mis herramientas ninja, hilos, kunais, shurikens y senbons, lo básico. Además había logrado conseguir dos sellos explosivos. El viejo a decir verdad era un poco extraño y un poco loco. Quien sabría que me pondría a hacer en este entrenamiento "especial" que habíamos programado hace dos semanas...

De un modo o de otro debía ir, no era un tipo al que uno le quisiera quedar mal, después de todo era parte del consejo de la ciudad, y no faltaban algunos ciudadanos que creían que un uchiha no pertenecía a su aldea. Era mi deber ganarme a estos ciudadanos y aprender un pacto de invocación me sería importante. El lugar era uno un poco retirado de donde habitualmente llegaban los viajeros perdidos ya que se componía de una pequeña cueva que era realmente un salon grande usado anteriormente para reuniones clandestinas. 

Tomé mis cosas y me retiré al lugar especificado, cuando iba llegando noté en la entrada un pergamino, en él se especificaba que eligiera un pacto de invocación. Habían tres opciones. Serpientes, Sapos y Babosas. Era una elección algo difícil, después de todo era prácticamente la elección de los compañeros que estarían conmigo por el resto de mi vida. Finalmente luego de evaluar los pros y contras de cada uno decidí quedarme con las serpientes. Siguiendo las instrucciones del pergamino, debía entrar en la cueva desde el lado sur para seguir con el entrenamiento. No recordaba que existiera más de una entrada pero rodee la cueva y allí estaba. Al parecer el viejo conocía mucho más de lo que aparentaba...

Recién llegando noté que no era particularmente parte de la cueva, era un apartado especial que parecía haber sido hecho para la ocasión, un pasadizo subterráneo cuya entrada era desde la cueva. Al entrar tuve una sorpresa, no se que esperaba pero dentro solamente estaba el viejo esperándome sentado en el suelo, así sin más. De un modo o de otro ya estaba allí. Me acerqué y me quedé de pié frente a él. 

- Bienvenido joven, esto es lo que deberás hacer... - dijo mientras se mordía el pulgar y realizaba una invocación, una decepción para mí, era solamente una pequeña rata. -  Te daré el pergamino con las instrucciones específicas, no saldrás de aquí hasta que lo logres. - dijo mientras se sentaba y la puerta se cerraba tras de mí. Sin decir nada, tomé el pergamino y lo leí. Eran instrucciones muy específicas efectivamente, como moldear el chakra, de que forma era más efectivo y todo lo que se requería. Estaba a punto de comenzar cuando me dijo - Alto, antes debes firmar el pacto con las serpientes como elegiste. - Dijo mientras me presentaba otro pergamino para que firmara. Una vez lo hice me dediqué a entrenar el kuchiyose. 

Afortunadamente para mí no me llevó más de tres intentos invocar una pequeña serpiente, era realmente pequeña parecía un gusano, pero con esto solamente necesitaría práctica para lograr invocar a las verdaderas serpientes del pacto. - Muy bien, muy bien hecho joven. Podemos regresar a la ciudad ahora... - Dijo el viejo mientras se ponía de pie y la puerta se abría, regresamos a la aldea hablando de lo que acontecía recientemente...